viernes, 29 de noviembre de 2013

Destellos en la Ciudad

Una mañana de las que estuve en la capital, desperté de un sueño muy angustiante, me levanté y sentí la necesidad de ponerme a orar. Como el departamento rentado era muy pequeño, y no quería despertar a mamá, abrí la cortina y me asomé por la ventana. Abro mis ojos y ví el espectaculo más maravilloso jamás visto: la majestuosa Cordillera de los Andes, enorme e imponente, era iluminada por el sol rojizo del alba, estaba acompañada por el cielo encorderado, que flotaba reluciente sobre la ciudad y la deslumbraba muy tenue y elegantemente.
A pesar de que Santiago es grande, esa mañana al ver la cordillera y el cielo lanudo tan cerca, me sentí el ser más insignificante, pero a la vez el más importante, pues ese espectáculo me pertenecía.
El destello desapareció rápidamente y el color gris, habitual, volvió a la ciudad.
Me imaginé que Dios, en mi angustia, quiso mostrarme que no estoy sola, que cualquier problema que enfrente es muy pequeño en comparación a su majestuosidad, que un mínimo destello de su poder ilumina una ciudad entera, y que si estamos con Él nunca seremos vencidos.

"Por cuanto me has alegrado, 

 oh Jehová, con tus obras;
 En las obras de tus manos me gozo".
                        Salmos 92:4

4 comentarios:

  1. Es bellisimo Evelyn. Bienvenida al mundo blogger. Gracias por traer un espacio tan bello. Besos.

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  2. Gracias a ti también por darte el tiempo y leerlo. Cariños

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  3. Muy lindo y lleno de esperanza te mando un beso y ten un genial fin de semana

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  4. Gracias! es todo un halago que les guste!!

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